La práctica debería buscar la alegría. Si bien no está incluída en ningún protocolo o reglamento del dojo debería existir un punto que dijera "El alumno debe sonreir de corazón".
Pero, no pasa. Quizás es utópico plantear lo que planteo. Por eso, en mis clases lo hago. Busco que los alumnos y alumnas sonrían. Para mi es una muestra de que disfrutan de lo que hacen. Por el contrario, me incomodan aquellos cuya seriedad les impide hacerlo. Respetan el reglamento del dojo. Pues bien, que lo sigan haciendo. No saben que eso no les va a permitir saber o aprender mejor. Sólo mantienen una postura. Muchos de ellos, no son así fuera del dojo (o lugar de práctica). Pues bien, hay que entenderlos. Lástima que a muchos les cuesta entender cuando uno les sonríe...deben pensar que eso está mal.
Es verdad, es una atitud fuera de protocolo marcial. Pero, es muy gratificante hacerlo. Lo aseguro. Es muy gratificante dar y recibir. El respeto no pasa sólo por la formalidad de la seriedad. Puedo ser respetuoso y sonreir. Puedo aprender y sonreir. Puedo disfrutar y sonrier. Puedo sonreir y no faltarle el respeto a nadie. Puedo sonrier y ser mejor practicante. Puedo sonreir y mejorar en cada párctica mi técnica.
Se puede!
Así lo entiendo y así lo practico. En mis clases hay sonrisas. Hay técnicas. Hay respeto. Hay alegría or practiar lo que uno eligió hace, pues nadie está siendo obligado a hacerlo. Entonces, porque no demostar el disfrute con una sonrisa, por más chica que sea.
no importa el arte que se practique. En mi caso enseño y practico Aikido y Taekwon-Do. Y eso me hace feliz....muy feliz hacerlo. Entonces, quiero que mis alumnos también sean felices de hacerlo. Y el que no lo es, es libre de irse, como lo fue de venir a mis clases.
No creo en la seriedad del protocolo. Creo en la sonrisa de la práctica.
No todos lo van a entender!
Comentarios
el martes vuelvo!
:D