En la anterior sede (sobre la avenida Corrientes), hubo gran cantidad de alumnos y muchos lindos recuerdos. Hubo tres horarios, a la mañana, a la tarde y a la noche. Y una clase los sábados de una hora y media. Mucho aprendizaje.
Ahora la escuela cuenta con un solo dojo en el barrio de Palermo. Descansando y proyectando seguir creciendo. Esa es la consigna para el prócimo año.
Quizas volvamos al barrio en otra dicrección.
Muchos años en un lugar uno se encariña con muchas cosas....
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