Sumioto, seguía siendo un niño. Aunque con algunos años más, seguía teniendo al juego como su pricipal tarea; y también, de a poco, iba recibiendo lecciones sobre diferentes artes agregado a su educación sobre diversos temas.
El niño, intentaba prestar atención a cada lección que recibía. Y su silencio era una señal de apredizaje.
Y escuchó la palabra respeto. Trató de entederla, y de cómo practicarlo a lo largo de toda su vida. Así fue como le dijeron. Nunca debía olvidarse de esa palabra y de lo que significaba. Porque el respeto lo iba a convertir en un hombre honorable.
Sumioto, se fue pensando e imaginado ¿Cómo es ser un hombre respetuoso?
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